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Sobre mí

Si me preguntas quién soy, nunca tendré una respuesta sencilla para darte, pues estoy hecho de miles de vivencias diferentes en una sola persona. Hoy soy así, pero ayer fui diferente y mañana seguro que van a cambiar cosas dentro de mí. La vida se presenta entre derivas y decisiones.

Por eso artísticamente, soy el conjunto de lo que fui y de lo que soy, mezclado con el componente aleatorio de lo que la vida viene haciendo de mí, y de aquello que quiero ser. Vivo mis sueños de investigación artísticos, movido por una voluntad casi poética para realizarlos.

Inspira, respira

Mi estilo pictórico es el expresionismo, puro, crudo y experimental, aunque en este viaje no me rijo por las normas. En el proceso creativo utilizo técnicas mixtas para crear nuevas experiencias perceptuales con texturas y armonía de color, visualmente distorsiono la realidad y la cambio por emociones. El mar es mí principal inspiración, en el qué encuentro los cuatro elementos principales necesarios.

El sol representando al fuego en forma de luz y contrastes, en la complejidad del cielo y la climatología encuentro al elemento aire, cómo elemento agua el mar y su inmensidad, y en su forma de encontrarse con la costa al elemento tierra.

El proceso pictórico que ofrece la pintura y su disolución, me permite explorar libremente opciones y elecciones creativas, asumir riesgos, romper fronteras y ampliar la gama de posibilidades sobre la complejidad de la expresión artística.

La materia

Intento utilizar los recursos disponibles de la información e influencias contemporáneas del arte, para obtener de ahí, el conocimiento y situación de esta época para traspasar los límites de la lógica.

Disfruto especialmente investigando, las reacciones y resultados de mezclar distintas técnicas y materiales. Para la base de todas mis obras, creo los relieves con pastas y resinas, y a partir de ahí, comienzo a seleccionar el equilibrio de colores para lograr la armonía en el conjunto, creando combinaciones con mezclas con pinturas y disolventes, que provocan reacciones de color y texturas inesperadas, que me resulten visualmente emocionantes.

Creando capas, jugando con su flexibilidad y su dureza, junto a los cambios de temperatura del material para provocar reacciones adversas entre ellos, transgrediendo el lenguaje convencional del equilibrio realista de la pintura al óleo por una sutil sensación táctil, consiguiendo texturas, irregularidades, craquelados, transparencias y efectos únicos, que a su vez se fusionan entre sí, mientras observo en qué se convierten, sin perder su verdadera intención de ser un paisaje marino.

Mi espacio de trabajo es exterior, lo que me da la posibilidad de no morir intoxicado por la química, y me aporta un importante componente aleatorio en el proceso, que puede variar si la obra va a quedar expuesta al sol, o sin embargo ese día lloverá sobre la obra y la reacción será completamente diferente. Así qué, todo forma parte del proceso por capas, para lograr esa complejidad impredecible de color y textura, a la que voy rematando con pequeñas intervenciones a pincel, para agregar el resto de información visual, desde una tercera, cuarta o decimo séptima capa, nunca me doy por rendido, hasta observar como la corrección de color, tiene ese impacto dramático y ya se, que estoy en el resultado final del trabajo.

Sobre la obra

En mis obras no hay reglas ni límites, en la búsqueda de ese mensaje de rebeldía e intensidad, en la dualidad entre el anhelo de nostalgia y la fuerza de la naturaleza. En las marinas que reflejo, utilizo el conocimiento para situarme a mí  y a la obra en la emocionante realidad alternativa, que me ofrece el proceso creativo, así como la contemplación de la obra terminada, donde analizo cada detalle y el mundo que me devuelve, es un mundo que no conocía antes, y me da respuestas a esta realidad, a este momento en la historia del arte, en la que me ha tocado vivir y me permite ofrecer un mensaje con la expresión artística.

Los elementos de ruptura del vacío completan el mensaje, y representan mi identidad un tanto dividida entre el amor a la humanidad y una personalidad asocial. Por lo que observo a mí alrededor, veo poco amor y mucha soledad condicionada por las opiniones ajenas, cero riesgo, poco corazón y mucho ego, más bien diría pocos sentimientos y mucho instinto de supervivencia, a un lugar seguro que proporcionan ciertas situaciones, muchas personas desperdiciando su vida, enfrentadas a sus propias emociones, atrapados en una rueca, en la que cada vuelta que gira es un hilo más, y con el tiempo es muy difícil salir de ideas y actitudes que dan por buenas y nos conducen a un lugar peor, pero hay esperanza en unos pocas personas, esas son las que le interesan a mi obra.

En nuestro tiempo, uno de nuestros grandes valores es la ficticia libertad colectiva, por ese motivo somos tolerantes y completamente incapacitados para ver el precipicio, y sopesar el riesgo de que exista el otro lado, muchos son incapaces de saber ni tan siquiera, que existe “un otro lado”, los límites siempre los protegen del riesgo, y nunca o muy rara vez van a traspasar la barrera, para dedicarle más de 21,2 segundos a contemplar una obra de arte.

Mis obras son para ver el mundo a cámara lenta y cambiar el estado de ánimo, para saber que lugar ocupamos en la historia, y conectar con nuestro tiempo, y con el legado que otros desde una caverna con su esfuerzo por sobrevivir, consiguieron situarnos en este primer mundo, y nos dejaron su legado en forma de arte. Por eso con mis obras si quieres, puedes escuchar el latido de tú corazón cuando estés delante, ellas conocen tus lágrimas y tus éxitos, tus risas, saben de ti y de tus sombras, están entre tus cicatrices y tienen la capacidad de provocar algo que te cambiará la forma de ver la vida, de entender el mundo, y si observas su profundidad pueden ponerte la piel y el alma del revés, para siempre.

Porque de esto va toda esta historia del arte, en dar una respuesta plástica y conceptual a una realidad que no existe, pero si se consigue ver, influye en la capacidad racional del individuo, y por lo tanto mejora nuestra existencia colectiva de manera única, para situarnos en el mundo y nos envía un mensaje a través del tiempo, para que nos demos cuenta de nuestra grandeza y oportunidad de estar vivos y ayudarnos a discernir el bien del mal, la belleza de lo mundano, y la luz de la oscuridad, de esto va el arte plástico.

De dejarnos un legado para activar el pensamiento, desde hace milenios hasta nuestros días, con ese mensaje en forma de legado visible, de millones de obras en materiales y formas diferentes, desde un bisonte en Atapuerca, o una pirámide en Egipto, donde aún hay quien pone en duda si es real aún teniéndolas delante, y claro que es arte, por que los recursos del artista fueron inmensurables. Y desde su tiempo nos mira, nos imagina, y es inevitable que se le escape una sonrisa (lo vais a flipar) al saber que va a colocar su obra a 8.000 o incluso 800.000 años por delante de su tiempo para ofrecernos su visión actual de su mundo, así cómo lo hicieron otros grandes artistas que marcaron cada época de nuestra historia, todos trataron de dejarnos una puerta abierta a su mundo «A una realidad que no existe». Y cómo contrapunto en este momento hay un artista sentado delante de una pantalla aplicando IA y nos trasportará al futuro, con unas imágenes que hasta ayer eran inimaginables.

Acompáñame a formar parte de este proyecto creativo, aunque sea transitar a ciegas por caminos desconocidos e inesperados, construyendo una existencia más grande; una existencia mejor.

Hola.

Antonio Díasdeviento 2024.

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